- Se me ha olvidao el abanico,
¡ Ojú! Dice la maría.
- ¿ se te ha olvidao el abanico?
valiente guasa la tía,
Si no fuese más de más
este viento de levante...
te den mala puñalá
¿ No tienes viento bastante?
- Pero si no es por el viento
es sólo por la caló.
- Pala caló ponte al fresco
mira que tiene való.
Y si el fresco me se lleva
como a tí te se llevó
y te dejó entre las lenguas
murmullos de que sé yo.
- Calla la boca maría
cierra el pico gorrión,
que a tí te vieron un día
en la playa bajo el sol
y dijeron esas lenguas
yo no sé qué de un gachó.
- Bueno me callo me callo
me ví a callá que es mejó.
Se acerca sombrero en mano
un vejete sesentón.
- Buenas tardes ¿ De pelea?
-¿ De pelea Don Melchor?
- ¿ pelearnos nosotras ? nunca.
- Jamás. ¿ Pelearme yo?
- Entonces que hacen ustedes
gritando con esa voz
que no parecen mujeres
sino maldición de dios.
- Discusiones, tonterías
formas de pasar el rato
y entretenernos la vía.
- Con dios se queden ustedes
que a la vuelta no las veo
voy a ver a mi compare
a la tasca del tadeo.
Mientras se aleja se escucha
un murmullo y un bicheo.
- Habráse visto el fulano,
más viejo , más arrugao.
- Pos tu cuando eras mocita
bien que te lo camelabas.
- Cuando yo era moza prima
el Don melchor tenía aldabas
y ahora tiene cien mil años
un traje y una chilaba.
-Mañana sigue el levante.
- ¿ que sigue el viento mañana?
- Que sigue el viento que sigue.
- Qué malaje prima hermana.
- Arrecoge la costura
rosita fresca y temprana
y cierra la casapuerta
que nos vamos pa la cama.
El cielo se tiñe en rosa
el sol se va lentamente
se cierra la casapuerta
que tiene el número veinte.
Ya de vuelta Don Melchor
con algún vasito encima
se escucha en el corredor
una voz. ¡ Con dios vecina!
La vida alegre y sencilla
la voz cotilla y alerta
una costura una silla
un patio y la casapuerta.
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